VESUVIUS ARDE

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Desde el periódico La Cuenca del Nalón nos han trasmitido este fin de semana toda su solidaridad a la situación por la que los trabajadores de Vesuvius en Langreo están pasando. Y desde aquí tanto los trabajadores como sus familias queremos darles las gracias por ello.
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"UN FUTURO SIN FUTURO" 2009

"UN FUTURO SIN FUTURO" 2009
ESTE ES EL FUTURO PARA NUESTRAS CUENCAS, UN FUTURO MUCHO MAS NEGRO QUE CUANDO TENÍAMOS LAS MINAS DE CARBÓN A PLENO RENDIMIENTO.
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lunes, 31 de agosto de 2009

El impacto de la crisis en la economía de los hogares

Los casos de emergencia social se duplican

l Organizaciones humanitarias como Cáritas detectan un incremento alarmante de la demanda de ayuda por parte de las familias
l Los responsables de las ONG constatan también un aumento de los donativos y de las ofertas de colaboración de la ciudadanía


De izquierda a derecha, los voluntarios Angelines, Antonio y Guillermo. javier g. negrete


Oviedo, Marcos PALICIO
La crisis hace más pobres a los que ya tenían menos y lleva hasta ese umbral a algunos miembros de la clase media, pero al menos excita las conciencias y agudiza la sensibilidad social. Por ahí se le encuentra alguna oportunidad a la escasez cuando se mira desde la perspectiva de la solidaridad. Las organizaciones humanitarias que operan en Asturias tienen ahora mucha más clientela, sí, hasta el doble de peticiones de ayuda que hace un año en Cáritas, pero a la vez han sembrado la sociedad de más conciencias solidarias. «Puede que ahora sea más complicado captar fondos, pero también resulta más sencillo hablar de solidaridad», resume Mario Fanjul, vicepresidente de la Coordinadora Asturiana de ONG. Hay más necesitados y son diferentes, pero precisamente por esa extensión de la escasez se les entiende cuando piden ayuda.

Su organización ha advertido del peligro de perder fuentes de financiación justo ahora que la necesidad amenaza con hacer crecer las estrecheces. Han constatado que «algunos ayuntamientos asturianos ya están reduciendo las partidas destinadas a estos fines dentro de sus presupuestos», pero de momento eso sólo es un riesgo, se tranquilizan. «Un riesgo real de bajada de la financiación pública», apunta Fanjul, contra el que su organización ha presentado ya un argumentario que recopila algunos motivos éticos: «Los países más afectados por la crisis son los más pobres, con lo que abandonar la financiación y el trabajo allí equivale a su retorno a la pobreza extrema». También hay razonamientos legales acudiendo a los «compromisos firmados por el Gobierno de España, como el pacto contra la pobreza».

Las crisis económicas, señala el dirigente de la coordinadora, caminan frecuentemente acompañadas de «crisis sociales» y éstas «conllevan una falta de compromiso económico con la cooperación al desarrollo que se nota en la captación de socios». Ésa es la parte fea, pero también es posible dar la vuelta al planteamiento y observar con Fanjul que «la crisis también nos hace más solidarios». La población se hace más consciente de las injusticias cuando empieza a padecer sus efectos, viene a decir. Mirando desde la esquina de la cooperación al desarrollo, ejemplifica, «situaciones de vulnerabilidad laboral como las que se están sufriendo en empresas como Naval Gijón o Vesuvius tienen mucho que ver con la realidad de empobrecimiento e injusticia social de países africanos o latinoamericanos. Por eso nosotros debemos crear paralelismos y conciencias críticas, hacer ver que las causas son en el fondo las mismas, el beneficio de unos cuantos con el perjuicio de otros muchos». Y si ésta es una etapa difícil para la movilización de recursos económicos dirigidos a la solidaridad, concluye, tal vez la solución sea comprender que «tal vez no es momento de captar fondos, sino de crear conciencia».

Desde Cáritas, le acompaña Paloma Gallego, secretaria general de la organización en Asturias, se observa, asimismo, que «las casas de acogida están desbordadas», pero que con las demandas de auxilio también suben las ofertas de brazos dispuestos a ayudar. «Se nota que hay más gente que se acerca a nosotros y aporta sus donativos», afirma. «La sociedad asturiana es muy solidaria, aunque muchas veces ese incremento no cubra el de las necesidades». Ella ha visto subir las peticiones de «primeras acogidas» en paralelo a las de «tercer nivel», proyectos pensados para personas «que ya están a un paso de la normalización social y a las que les está costando muchísimo conseguirla, porque no consiguen empleo. No hay ofertas para ellos. Da pena verlos arreglarse, ir a buscar trabajo y volver sin nada», asegura.

Su organización ya advirtió en un documento publicado el pasado marzo sobre el poder de la crisis para empujar a personas que se encontraban en situación de «vulnerabilidad social» y traspasan la frontera hacia el «riesgo de exclusión». Cáritas cuantificó en un cincuenta por ciento el incremento de las solicitudes de ayuda en el segundo semestre de 2008 respecto al mismo período del año anterior y sube la inquietud al corroborar que este año el incremento puede llegar a rozar el cien por ciento. Esta misma semana, el Banco de Alimentos de Asturias cuantificó también el incremento de las necesidades alimenticias en el último año poniendo como ejemplo a la Cocina Económica, cuyo número de usuarios se ha duplicado.

En su informe sobre la crisis, Cáritas pone el acento sobre sus dificultades para atender todas las demandas y detecta la subida de las solicitudes de «personas que nunca habían solicitado ayuda a Cáritas ni pensaban hace poco tiempo que podían necesitarla, sobre todo mujeres solas con cargas familiares, parados mayores de cuarenta años con baja cualificación y familias jóvenes con hijos de corta edad». La organización pide por eso «brazos, cabezas y corazones», ésos que otras organizaciones van consiguiendo este año con más lentitud que otros. Le sucede a la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui, que ha superado la incertidumbre de no encontrar suficientes familias de acogida para los 339 niños que visitan este verano el Principado. Llegaron a alertar de sus dificultades, pero el vicepresidente del colectivo en el Principado, Alberto Suárez, afirma aliviado que frente a los problemas de otros lugares de España, ellos sí llegaron a tiempo, incluso con algunas familias de reserva. «En otras comunidades», ha constatado, «tienen dificultades en la captación y se quejan de que falta financiación». En Asturias no. «Nos están respetando las cantidades y eso que en todos los programas que desarrollamos podemos estar por encima del millón de euros», asegura. El de «Vacaciones en Paz», financiado, entre otras instituciones, por la Agencia Asturiana de Cooperación, la Junta General del Principado, 26 ayuntamientos y las obras sociales de Caja Duero y Cajastur, pudo traer en julio hasta la región a 339 de los 9.000 niños saharauis que pasan el verano en España.

http://www.lne.es/asturias/2009/08/31/casos-emergencia-social-duplican/802114.html

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